Tu Pausa, Mi Medicina
Un diálogo entre tú y tu cuerpo
Cuerpo: Oye, ¿tienes un segundo?
Tú: ¿Ahora?. Estoy en mil cosas.
Cuerpo: Justo por eso. Necesito hablar contigo. Hace tiempo que lo que hacemos es correr como si estuvieras fuera de la vida.Y no lo estás. Somos Naturaleza, ¿recuerdas?
Tú: Lo sé, pero a veces se me olvida. No tengo tiempo, ya sabes como voy. Soy un desastre.
Cuerpo: A la naturaleza también le pasan cosas. Se expande, se contrae, guarda silencio, se llena de luz. Y no se juzga por eso.
Tú y yo funcionamos igual. Lo olvidamos cuando dejamos de movernos con intención. Cuando respiramos cortito. Cuando dejamos de abrazar el momento. Cuando nos alejamos de la tierra que nos sostiene.
Date una Pausa por favor.
No es casual que estés leyendo esto, date un minuto el cuerpo quiere explicarte sus herramientas
Cuerpo: Mira, te cuento algo sencillo…
El movimiento nos hace bien. Nos limpia como un río que arrastra hojas. Cuando nos movemos suave, sin objetivos, simplemente volvemos a fluir.
La meditación nos calma. Es como barrer el ruido que se acumula debajo de cada tejido. No necesito que lo controles; solo necesito que te detengas.
Y la naturaleza… bueno, ella nos reajusta sin esfuerzo. Me baja el pulso. Me recuerda cómo se siente el equilibrio real.
Tú: Suena tan fácil, que me duele un poco lo que me estás diciendo porque me haces darme cuenta de que no lo hago.
Cuerpo: No pasa nada. Siente eso también…solo siente. La tierra tampoco florece todo el año. Hay ciclos, y estamos entrando en uno importante.
La Danza de las Estaciones, cuando la Naturaleza habla y el invierno susurra
Cuerpo: Escúchame.
Se acerca el invierno, ¿lo has notado?. Seguro que te has dado cuenta
Tú: Sí, hay un deseo raro de ir más despacio.
Cuerpo: Eso es. ¿Y que es lo que te sugiere esa sensación?. El invierno no nos pide productividad, nos pide profundidad. Nos pide irnos hacia adentro, a lo simple.
Es una estación que limpia sin ruido: la tierra se recoge, el suelo se enfría, las ramas descansan, la energía baja a la raíz.
Tú: ¿Y yo qué hago con eso?
Cuerpo: Precisamente se trata de eso, de no hacer “Nada”, de dejar de “hacer”.
Lo mismo pasa cuando la naturaleza quiere repararse, …¿has notado cuando simplemente?:
Baja la velocidad.
Busca silencio.
Suelta lo que ya no sirve.
Deja que las tensiones caigan como hojas.
Regala pausas y momentos que re-inician.
Tú: Me estás pidiendo descanso.
Cuerpo: Te estoy pidiendo que recuerdes, que sientas, que regreses a lo esencial.
Solo regreso, sólo eso, para empezar. A ti. A mí. A lo que somos.
Y tal vez, cuando vuelvas a escuchar, recuerdes. Y entonces si quieras liberar algo con el descanso real.
Sentir para recordar.
Recuerda todas las veces que has tenido que frenar, pausar o detenerte por obligación, porque ya no podías más. Y también las pausas que te llevan al juego, esas que sanan sin exigir.
Tú: ¿Y por dónde empiezo?
Cuerpo: ¿Empezamos por algo pequeño?…
Un estiramiento lento.
Un minuto de quietud.
Una respiración más larga.
Un paseo corto, sin auriculares.
Un contacto real con el frío, con el aire, con la tierra.
No pienses en hacer algo más, pregúntate mas bien, ¿qué echas de menos?. ¿Qué necesitas recuperar?
Tú: Así, tal como lo veo ahora suena muy fácil, y posible.
Cuerpo: Es más que posible. Y además es terapéutico.
El descanso no es inactividad; es reorganización.
Cada pausa que te permites, me devuelve estabilidad. Me afina. Me lleva a volver a funcionar de manera orgánica: con equilibrio dinámico, igual que las estaciones.
Somos Naturaleza
La propia Naturaleza te ha traído esta sabiduría a través del cuerpo para que recuerdes. Somos Naturaleza… y necesitamos recordarlo.
Cuerpo:
Cuando estás en mí con atención,
cuando te mueves sin prisa,
cuando respiras de verdad,
cuando vuelves a la naturaleza
recuerdas lo esencial, que no estás separada de nada.
Nuestra salud no viene solo de conseguir o de hacer algo para estar bien; viene de sintonizarnos con los ritmos que nos sostienen desde antes de que aprendiéramos a caminar.
Tú: ¿Me estás diciendo que puedo volver a sentirme en casa dentro de mí?
Cuerpo: Exacto, porque siempre estás en casa. Y cada invierno es una puerta para profundizar en ese “darnos cuenta”. Una invitación. Un puente hacia ese equilibrio original.
Por cierto…
Gracias por escucharme. Gracias por prestarme atención y no dejarme para después.
Tú: ¡Madre mía!, gracias a ti por todo lo que me muestras y toda la sabiduría que me ofreces.
Cuerpo: Tu y yo somos uno. Sin que tu estés presente no seria posible. Somos buen equipo, ¿no te parece?
Por cierto, ¿que tal si dejas eso para mañana y nos damos un baño relajante?
Tú: hummm… ¿Un paseo por el parque?
Cuerpo: ¡Hecho!
Y AHORA Una Invitación.
Para ti que has llegado a este momento…
Este podría ser el dialogo con tu cuerpo…¿no crees?
Ojalá resuene este momento con algo que te haya permitido crear esa conexión con tu cuerpo de nuevo.
Que te haya ayudado a parar, aunque solo haya sido por curiosidad.
Y así, tu cuerpo haya encontrado la manera de hablarte y comunicarse a través de estas palabras, sin tener que empezar a gritar y llamar la atención con señales extremas.
A lo mejor quieres dejar que esta conversación siga sin intermediarios, te das un espacio más largo y permites que tu cuerpo te siga hablando de esa manera única y especial en la que lo hace contigo…y recuerdas lo sencillo que es…
Y tal vez quieras explorar con otros como ese dialogo se enriquece a través de una Danza, un puente de miradas, o esa forma única de ser… con otros.
Si quieres experimentar este diálogo.
Si necesitas volver a ti.
Si quieres descubrir como comunicarte, no solo con palabras sino en tu piel.
Si quieres sentir de nuevo lo que es de verdad conectar con tu cuerpo en armonía con lo natural y aprender a explorar los caminos para recuperar un equilibrio saludable a través del Movimiento.
Dale la Bienvenida al Invierno
con nosotros
Te animo a participar en el próximo taller presencial y recibir el invierno juntos, con un día de retiro en plena Naturaleza.

En un espacio íntimo y privilegiado en la Sierra de Guadarrama, rodeados de la belleza de la Naturaleza.
En tribu, en profunda conexión con la vida natural y con los otros .
Para movernos, descansar, respirar, re-conectar…
El movimiento, la creatividad de la naturaleza y la presencia de lo salvaje, son un tesoro que nos devuelve a nuestro diseño original
